Amantes

El río calmo Espera
sediento.
Un tronco desnudo, tendido
entre helechos y gardenias.
El muelle abierto, despojado
sin hembra.
La luna también deseosa
con un temblor en su entrega
elige desde su altura
en esa formidable noche
a su casual compañero
y agita el torrente
en un baño de almíbar.

Alejandro Nevio Lemos
 

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