Del libro Sur Esa palabrita
Primero apareció
una sensación
un instante de
luz
efímero
como el farol del
minero.
Se movió
incesante
entre entrañas de
recuerdos
dolido de dolor
expectante de
amor.
Buscó en lo
íntimo
una cara entre
las presencias,
una voz pensada
un nombre ya
desaparecido.
Como una emoción
firme
avanzó por el
pecho
se apretó
y floreció titubeante
hasta mi
garganta.
Allí se estancó.
Amaneció en un
grito
¡treintamil
gritos!
encerrados
en una imagen
tierna
de un niño con su
mirada
en la calle
sentado en el
bordillo
de la vereda
como esperando un
viento del Sur.
Una pelota
perdida
aparece
en el fondo del
camino,
una realidad
celebrada
une la historia.
No hay otra
emoción
que la misma
sensación profunda
de encontrar la
verdad.
30 de Octubre de 2011
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