Hay
una luz en un pabilo
aromas
de miel
inadvertidos
en
la estirpe.
Flota
en la noche,
en
la estrella buscada,
la
eterna sincronía del tiempo
de
la cábala y los escritos
de
aquel principio partido.
Unas
sandalias con polvo
y
el pasaje a elegir.
El
esplendor se disipa.
Cautelosamente,
te
acercaste a mí
íntegro
y
hubo un remoto susurro,
un
mascullo sonoro
de
este mundo errante.
Hay
un gen,
una
imperceptible parte del rito,
de
tu sangre en mi sangre,
que
me mantiene erguido
reconociendo
así
a un hermano.
Hermosas letras; Cuando la inspiración llega, nuestra alma se eleva.
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