Ricardito


Del libro Sur Esa palabrita





No te vi.
Cuando naciste y miraste el cielo
que debería ser el mismo cielo,
no te vi.
Cuando un hilo de seda
de tu corazón niño
pidió ayuda,
no te vi.
Cuando viniste para acá
para que te vieran todos
y una piedra hundió
los recuerdos y tu voz,
yo tampoco te vi.
Cuando jugabas en la plaza
Careaga
con tu cara de luna
moreno
tu pelo
tus dientes blancos empapados
en sonrisas,
tampoco te vi.
Aquella mañana
el final estuvo cerca,
pasó el helado miedo
atravesó tu cuerpo
quemó tu piel
anudó mi alma pequeña,
insignificante,
y otra vez no te vi.
Me pregunto:
¿qué espero para verte?
para unir mi voz
con la tuya ausente
y que tu mirada
me permita ver.

Alejandro Lemos
13 de noviembre de 2011

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